sábado, mayo 26, 2007

NEOPLANFLETO 1


¿Qué lleva a una persona a participar en los juegos de la “alta política”?.

¿Qué hace que estos tipos vendan su capacidad de socialización a los intereses del capital?

Veamos lo que ocurre entre las gentes que defienden las “poses del tipo izquierda”. Entre la llamada izquierda parlamentaria se navega sobre el latido de la resignación, allí la aceptación de las leyes del mercado se presenta no ya como inevitable, sino como lo natural y la defensa de la propiedad privada como alma del mundo. Alma sin la cual no cabe el espíritu de lo que llaman progreso. No aceptan la derrota del movimiento obrero porque están ubicados en la lógica de los vencidos. En sus idearios (por llamarlos de alguna manera) no se contempla la necesidad de cambiar la vida, sino la de hacer soportable la adaptación al mundo.

Paradójicamente pretenden presentar una alternativa desde la resignación, pues es la resignación a la derrota lo que subyace en su palabrería sistemática. El teatro, la mojiganga de la derecha no necesita justificación dialéctica y por lo tanto pertenece a otro ámbito de la misma insidia.

Sí, la resignación es el primer paso para el oportunismo en la charlatanería de la izquierda. Sólo los resignados tras la derrota del movimiento obrero pueden tener un espacio en la política institucional. Son estos oportunistas los encargados de llenar de “habladurías” el sentido de las instituciones, son los mejores defensores de la mentira democrática. Su oportunismo de charlatanes es recompensado con las migajas de una “vanagloria” que los dejará en los manuales escolares de la historia y como no, con algún dinerillo; no mucho tampoco, son los colaboradores más baratos. Los hijos de la resignación practican un oportunismo barato, sobre todo teniendo en cuenta lo impagable de su función.

Pero no hemos de despreciar la fuerza de estos cobardes vendidos. Los mediocres son, a menudo, portadores de una fuerza más grande de la que les concedemos llamándoles cabezas de corcho o lameculos del capital.

Una prueba de su perversa fuerza al servicio de los codiciosos es la efectividad con que aún consiguen la movilización del hombre anónimo. El marqueting que propician muestra el oportunismo como inteligencia, su trabajo consigue que entre el hombre anónimo haya muchos que interpreten la inteligencia como capacidad de adaptación al medio “natural” del capital. Sólo el desbocamiento total del capital podría dejar en su lugar a los oportunistas desvelando la falsedad de sus charlatanes; sin embargo, paradójicamente y al mismo tiempo, es este desbocamiento del capital el que les ofrece un espacio para hacer como que niegan su resignación, reclamando la sostenibilidad de ese sistema amenazado por tal capitalismo. Hacen como que se enfrentan mientras están apuntalando el miedo. Pero la cosa no queda ahí, es esa paranoia de apuntaladores de la gobernabilidad lo que más claramente muestra su indiferenciación con el Estado Guerra pues el umbral de tolerancia que les permitió justificarse en el primer posfordismo ya ha bajado demasiado su listón.

Así pues, ante las elecciones el hombre anónimo se debate entre el voto cobarde de la resignación sostenible o el nihilismo activo para desocupar las instituciones; sólo entre las expresiones de esta última postura queda material para buscar modelos de una lucha capaz de enfrentarse al Estado Guerra penetrando como el agua en los intersticios de su paranoica armadura.

FRENTE A LA RESIGNACIÓN SOSTENIBLE

QUE LES VOTE SU MAMÁ.

2 comentarios:

BeFa dijo...

Gracias para su movimiento. Les conociaron gracia a la pelicula "Volem rien foutre al Pais".
Aqui, in Francia, no tenemos movimiento como el de vosotros.
Siguen en la lucha !!
Fab

sublibrarian of the year dijo...

Falty!

Te lo cambio por una boina de gosso que encontré no sé dónde, no sé cómo y no responderé a más preguntas sino es en presencia de mi abogado.

¿Mola mi nueva foto no?

Sin cigarro es clavadito a mí.