viernes, abril 11, 2008

DESTRUIR EL MUNDO

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No hay recta; sólo hay línea. Esa línea no forma nunca una recta, ni por el trecho más corto que se pueda imaginar.

No hay medio alguno por el cual se la pueda forzar a convertirse en recta: la línea no se deja forzar.

La línea no se puede dividir. No tiene principio ni final; ni tiene punto alguno, porque no hay punto.

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La línea puede ser alcanzada, pero jamás cortada.

La duración del encuentro se sitúa entre la infinitud y el primer grado del lapso de tiempo más breve que se pueda imaginar. En el mismo instante en que pueda producirse el encuentro, la linea sigue avanzando. El lugar del encuentro sólo puede ser, en el mejor de los casos, un punto aproximado, pero jamás un punto.

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La línea no es recta, ni forma un círculo ni una elipse, ni tampoco tiene jamás forma de hipérbola ni de parábola. No hay hipérbolas ni parábolas. Las secciones cónicas son construcciones violentas.

La línea es una curva de trayectoria constante. Esa constancia se sitúa entre lo infinito y el lapso de tiempo más breve que se pueda imaginar.

Esa curva no descansa jamás.

Esa curva jamás puede generar un punto.

Esa curva jamás se podrá calcular ni medir ni representar con la ayuda de medios matemáticos ni de proposiciones matemáticas.

Esa curva sólo se puede observar y conocer con la ayuda de la química y de la física; pero ni con medios químicos ni físicos se la puede calcular ni medir.

Esa curva no se puede calcular ni medir en absoluto, porque es incansable, porque es constante. Que los químicos y los físicos hagan experimentos.

Esa curva se llama la curva de Mar.

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No he podido encontrar esa curva ni descubrirla, porque está ahí. Sólo puedo dar cuenta de ella.

No se puede encontrar ni descubrir algo que existe desde la infinidad; sólo puede uno dar cuenta de que lo ha conocido.

El experimento por sí solo no basta.

Sólo al considerar y contemplar el resultado del experimento sin ningún supuesto previo (esto es, de manera acientífica) se llega al conocimiento y a la verdad. Que los químicos y los físicos lo tengan en cuenta.

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La curva de Mar no se puede representar con ningún medio matemático.

La curva de Mar sólo se puede representar con la ayuda del arte.

El arte siempre le lleva algún adelanto al conocimiento y al saber, porque no piensa. El arte ha intuido desde hace mucho la curva de Mar y la ha representado, aunque sin darse cuenta de su importancia.

Todo lo que el cerebro humano pueda imaginar puede representarse por el arte. Esa es la gran tarea del arte: dejar que las imaginaciones se hagan visibles, y despertar en otros cerebros unas imaginaciones iguales o parecidas. El gran poder del arte es su falta total de supuestos previos. El arte no es capaz de representar algo que sólo puede ser pensado; siempre debe tratarse de algo que se pueda imaginar.

Lo pensado nunca se puede representar; sólo puede representarse lo que existe, lo que podría existir y lo que se puede imaginar.

El que quiera conocer debe ser artista.

Ret Marut

(B. Traben)

Otoño de 1919.

Extracto de un artículo, firmado por 'Marut', que apareció con el título “Die Zerstörung unseres Welt-Systems durch die Markurve” en la revista Der Ziegelbrenner de Munich, año IV, n.20/21/22, del 6 de enero de 1920, págs. 1-44

“Ret Marut” fue el primer seudónimo, por lo que parece, de quien luego alcanzaría mayor fama bajo otro seudónimo, el de “B. Traven”.

3 comentarios:

Unknown dijo...

yeah...

Anónimo dijo...

Con tal de no olvidar que Ret Marut no decía "destruír el mundo", sino "destrucción de nuestro sistema del mundo", e. e., destrucción del mundo del Hombre... Ni que en la tarea está también el destruírnos a nosotros mismos en cuanto somos sujetos (del Capital, de la Ciencia), e. e., personas... Entonces, cuando hayamos hecho algo de eso, empezaremos a vivir como gente y de veras.
Salud y ánimos, compañeros sin nombre!

DINERO GRATIS dijo...

Tienes toda la razon, pero es que desde aqui sospechamos que mundo hay s´´olo uno.